¿Agua o jugo?

Muchas personas tienen ideas erradas, al momento de ingerir medicamentos. Unas cuentan que usan agua de la llave, como vehículo; ¿mucha? ¿poca?

Otras, cuentan que usan la leche, para salvar al estómago del peligro de una úlcera...

¿Es el agua, la leche, o un jugo de fruta lo más adecuado?

La verdad es que lo más aconsejable es agua pura; en todo caso, si hay dudas, es mejor consultar al mismo médico que le recetó el medicamento, porque por ejemplo la investigación es reciente en cuanto al efecto de las furanocumarinas, presentes en limones, naranjas y pomelos, que aumentan la potencia peligrosamente de los medicamentos para controlar la presión arterial, y aquellos para disminuir los niveles de colesterol como también con los estrógenos, con los anticonceptivos orales, y con algunos antihistamínicos no sedativos. David Bailey, investigador del estudio, en Ontario, dijo"Tomar una tableta con un vaso de jugo de pomelo, puede equivaler a tomar 5 tabletas con agua".

Por otro lado, la cafeína mejora la absorción de los medicamentos contra el dolor, como los analgésicos.

Por eso, si usted está recibiendo un tratamiento médico y nota síntomas inusuales, podría tratarse de una interacción indeseable entre ese medicamento y algún alimento ingerido!  Piense usted que si ambos, medicamento y alimento, entran a su cuerpo por la misma vía, uno de ellos podría interferir o alterar el proceso por el cual el otro se metaboliza, y del  mismo modo en que algunas drogas interfieren en la capacidad de absorber nutrientes, algunas plantas o alimentos pueden disminuir o incrementar el efecto del medicamento.

También influye si tomamos el medicamento en ayunas o luego de haber comido algo...

La alimentación saludable debe contener fibra, pero las fibras solubles enlentecen la absorción del acetaminofen (analgésico), y el salvado y otras fibras insolubles (avena) provocan lo mismo con la digoxina (medicación para el corazón).

La cafeína (té, café, chocolate), aumenta el riesgo de reacciones adversas al consumirla junto a la teofilina, usada para tratar el asma, pues causa una profunda excitabilidad nerviosa.

Por otro lado, si estamos tomando anticoagulantes, no conviene comer brócoli, espinaca y otras hojas ricas en vitamina k.

Tampoco hay que mezclar el alcohol con antidepresivos, sedantes y otras drogas que actúan sobre el Sistema Nervioso Central.

Ojo con la mezcla de antidepresivos, incluida la Hierba de San Juan o Hipérico, con quesos, habas, chucrut, algunas cervezas, vino tinto, paltas muy maduras, o salamines picantes, pues se puede desencadenar una crisis hipertensiva.

El jugo de naranjas no debe mezclarse con antiácidos que contengan aluminio, porque se aumenta la absorción de este metal.

Tomar antibióticos con leche o jugo de naranjas, disminuye su efectividad.

Si para aliviar los síntomas de la artritis , se toman antiinflamatorios, se aconseja evitar las grasas, que al interactuar con el medicamento puede provocar grave daño renal.

Los antioxidantes y los beta-carotenos intensifican los efectos tóxicos del alcohol sobre el hígado.

Y mucho ojo con el regaliz, usado como edulcorante en alimentos, bebidas, goma de mascar, caramelos, sobretodo aquellos para refrescar el aliento. No se puede usar en caso de diabetes tipo II, en pacientes con hipertensión arterial, ni en aquellos que tengan poco potasio en la sangre, en enfermos de hepatitis, ni durante el embarazo (puede llevar a partos prematuros).  Puede provocar dolores de cabeza, orina color oscuro, arritmia, aumento del sodio y retención de agua (edemas), pérdida anormal de potasio (hipocalemia) si se toma con algún diurético.

Fuente: Readers Digest

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