Una de las cosas que aún aparecen como “misterio” al pensar en los astronautas, es cómo se alimentan…de qué…¿cómo establecen horarios, si no tienen días de 24 horas donde un tercio por lo menos , está oscuro…¿y qué sucede con su metabolismo? ¿influye o no la falta de gravedad?
Al parecer sí influye, y el metabolismo se ralentiza, de manera que necesita menos calorías, pero es posible que el estrés también influya a la hora de relajarse para comer y sencillamente “picotee” algo.
Por lo demás, el sistema digestivo se ve afectado en el espacio, y con la falta de gravedad los astronautas no pueden expulsar los gases; es decir, no pueden “tirarse pedos” fácilmente, y eso trae como consecuencia que hay que tener cuidado con las lentejas, garbanzos, porotos, por los hollejos porque la mayoría de los astronautas sufre de diarrea los primeros días por un problema con la mucosa del intestino. Y a propósito, no pueden tomar bebidas con gas, porque les provocan dolores estomacales.
Otra cosa que provoca la ausencia de gravedad, es que a los astronautas se les tapa la nariz como cuando hay catarro, y eso hace que no perciban de igual modo el sabor de los alimentos, de manera que lo que acá es un manjar, en el espacio no lo es.
En cuanto a la “preparación”, hay una rutina que contempla varios pasos a la hora de comer:
1.-El astronauta coge la bolsa que contiene carne o pollo deshidratado al vacío, y le inyecta agua caliente de un dispensador que hay en la cocina.
2.-Masajea la bolsa, para que la carne se rehidrate y espera unos 10 minutos.
3.-Recalienta la bolsa dentro del horno.
Se les permite llevar al espacio algún alimento que les guste, pero no pescado, para no llenar la nave de olor a pescado.
En los primeros viajes, se decidió casi eliminar los alimentos con fibra, debido a que aumenta los residuos fecales, pero ocurrió que les provocó estreñimiento y mal humor, así que hubo que volver a incorporarla.
Hay problemas serios de pérdida de masa ósea, los huesos se desmineralizan y se debilitan, y si en Tierra un adulto pierde un 1% al año, en el espacio la pérdida es de un 1% al mes!
Se pierde mucho calcio, y se acumula mucho hierro. Se produce una gran oxidación en las células del cuerpo, por lo que se les da un cóctel de antioxidantes de derivados de soja, Vit C y Vit E, porque este daño celular es causa de la aparición de tumores cancerígenos, un riesgo inaceptable en viajes largos como la próxima misión a Marte.
Y junto con la reducción ósea, ocurre otra de masa muscular, lo que se combate con ejercicio diario y un suplemento de aminoácidos esenciales con el fin de estimular la síntesis muscular de proteínas.
Como vemos, la ausencia de gravedad acelera el envejecimiento, aún con todas estas medidas paliativas.
El problema es que la dieta debe ser lo más balanceada posible, con minerales, vitaminas, antioxidantes, aminoácidos, etc, etc.
Por ejemplo, para el transporte de hierro a través del sistema circulatorio, es indispensable el cobre, que contribuye a neutralizar los radicales libres, y también es muy necesario para la formación y conservación de la mielina, sustancia proteica que recubre las neuronas. También el cobre interviene en la formación de glóbulos rojos, y su ausencia puede causar anemia y sobrecarga de hierro en los tejidos. Este mismo cobre , si falta, provoca osteoporosis, fracturas óseas e interviene en la formación del colágeno y la elastina.
La cantidad mínima de ingesta de cobre es de 1,1 mg al día, y no es persistente ni bioacumulable, no es tóxico ni carcinogénico, no es mutagénico ni disruptor hormonal.
¿En qué alimentos encontramos cobre?
Por cada 100 gramos mg de Cobre.
Hígado de ternera 15
Ostras 1 – 8
Semillas de sésamo Tahini 4,1
Cacao en polvo 3,8
Nueces 2,2
Calamares 2,1
Langosta 1,9
Semillas de maravilla 1,8
Tomates secos 1,4
Calabaza 1,4
Albahaca seca 1,4
Fuente: eloviparo.wordpress.com
aminera.com
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