JUGANDO A SER DIOSES.

Hace años que empezamos a soñar con resucitar especies extintas…y es curioso, porque en este mismo momento hay varias especies en peligro de desaparecer, y por otro lado hasta es probable que lleguen a desaparecer especies que aún no se ha descubierto!

Se habla de unas 8,7 millones, el total de especies existentes, de las que se han identificado la mayoría de los vertebrados, pero aún quedan muchos invertebrados por descubrir e identificar.

Con los cambios en la temperatura de nuestro planeta, y con el derretimiento de los hielos y del permafrost, han empezado a aparecer restos de mamut y ha aparecido el negocio de los colmillos, que no son pocos. Estos animales vivieron en la época del Pleistoceno tardío, hace unos 10000 años, en Siberia. Cada colmillo, del valioso marfil, puede llegar a los 4 metros de largo, pesar 70 kilos, y alcanzar más de 60.000 dólares.

Junto al calentamiento global , se han juntado varios acontecimientos que favorecen este negocio, como el colapso de la Unión Soviética con el cierre de las minas y fábricas, y la llegada del capitalismo fronterizo, la prohibición internacional del comercio de colmillos de elefantes, y el ascenso de China, que tiene tradición en el tallado de marfil.

¿Qué pasaría si resultara traer al presente al bucardo o cabra montés del Pirineo? Ya una vez, los cazadores acabaron con esta especie, y cuando un árbol aplastó a Celia, la última cabra montés, se tomaron sus células para, en unos años más, insertar sus núcleos en óvulos de cabra común despojados de su ADN para luego implantarlos en 57 madres sustitutas, de las cuales 7 quedaron preñadas, y luego 6 fetos fueron abortados. Sólo 1 nació, siendo un clon de Celia pero a los 10 minutos murió asfixiado…Después se supo que sus pulmones tenían un enorme lóbulo adicional, y no había cómo salvarlo.

La humanidad ya tiene la capacidad para devolver a la vida a la misma especie que llevó a la extinción…pero creo que está llegando el momento de preguntarnos cuál es la razón, por qué pretendemos recuperar una especie.

Hay científicos que justifican estos deseos, recordándonos que los productos farmacéuticos no nacieron de la nada, y por el contrario, se usaron muchas especies vegetales silvestres para sintetizarlos, y estas especies también pueden extinguirse.

También hay que pensar que varios de los mamíferos herbívoros como los mamuts, al revolver la tierra y fertilizarla con su estiércol, mejoraban las praderas, y cuando ellos desaparecieron, se diseminaron los musgos y las praderas dieron paso a la tundra, menos productiva.

Se han hallado restos de tejido de mamut como médula ósea, pelo, piel y grasa, y se busca una célula viva para estimularla para que se multipliquen, reprogramarlas para desarrollar embriones, e implantar éstos en elefantas como madres sustitutas, que es una especie de nuestros tiempos pero muy parecidas al mamut, pero hay otros problemas añadidos como trasplantar el embrión al útero de una elefanta, que aún no se ha hecho jamás, y además, esperar los casi 2 años que dura la preñez…para saber si al final se obtendrá un mamut sano…

Y aún más. Existe un camino más largo si no se consigue una célula viva, y es unir y reconstruir la mayor parte de los genes, para introducirlos en una célula troncal de paquidermo.

Bueno, y no son las únicas especies desaparecidas, que se quieren resucitar, como la rana australiana, el lobo de Tasmania, la paloma migratoria, o los dinosaurios…

Por otro lado, no se trata sólo de traer al presente especies extintas porque unos científicos quieren “darse el gustito”, sino mirando un poco más hacia el futuro, quizás podrían encontrar una  solución para un problema de salud.

Hay 2 tipos de ranas australianas, la rana de incubación gástrica septentrional y meridional, desaparecidas a mediados de los 80 del siglo pasado y que podrían servir para mujeres con dificultades para llegar al final de sus embarazos.

Pero si no fuera así, o pasaran muchos años antes de lograr la desextinción de un número adecuado de animales de cada especie, ¿de qué serviría todo este esfuerzo? ¿Se haría sólo para tenerlas de muestra en zoológicos? La criatura que resultare de esto, ¿sería un verdadero ejemplar de la especie desaparecida?

Y si se reinsertaran en su hábitat original, ¿cómo controlar  a los cazadores furtivos, para que no produzcan una segunda extinción? ¿Y qué hay con la contaminación? Lo más probable es que nos llevara a una nueva extinción…Y si los especímenes fueron recuperados por ingeniería genética, ¿cómo nos aseguramos de que no sean portadores de un virus  que pueda aniquilar a otra especie? Ya hemos visto lo crítico que puede llegar a ser el virus aviar…

Son demasiadas las preguntas que surgen, y no tenemos respuestas ¡!

Fuente:National Geographic y google.