“Calentamiento
global”, “cambio climático”, ya son sinónimo de “huracán”, “inundaciones”, “sequía”…y
también de “incendios”; incendios desbocados, incontrolables, desastrosos, como
los que hemos padecido en Chile este verano, donde más de medio millón de
hectáreas de bosque desaparecieron junto a muchas casas y dejando a muchos
damnificados, y donde trabajaron muchos brigadistas chilenos y extranjeros
junto a los voluntarios de Bomberos.
Bomberos, es
una institución que en Chile cumple ya 165 años y opera por voluntariado, lo que
significa que sus 48000 integrantes no reciben remuneración; por el contrario,
deben incurrir en gastos como las cuotas para cubrir diversos gastos que se
generan en el cumplimiento de su trabajo en la institución. Y desde hace poco
tiempo, contamos con una ley , el artículo 66 del Código del Trabajo, que dice
que están facultados para acudir a llamadas de emergencia ante accidentes,
incendios u otros siniestros ocurridos durante su jornada laboral, y el tiempo
que destinen a la atención de la emergencia, será considerado como trabajado
para todos los efectos legales.
A raíz del
desastre ocurrido este verano, surgió la polémica de si ya sería hora de tener
Bomberos funcionarios (remunerados) como en otros lugares del mundo. Hubo
muchas opiniones a favor de esta idea en la prensa y en redes sociales, pero
Miguel Reyes , presidente de la Junta Nacional (autoridad máxima de la
agrupación) afirmó: “Somos voluntarios, pero profesionales”, explicando que todos los procedimientos formativos en
Chile están ceñidos a la misma norma de los Bomberos remunerados de EEUU, y
aclara: “Todos quienes hemos ingresado a los cuerpos hemos sido inspirados en
ayudar a la comunidad sin ningún tipo de interés ni remuneración”. Y explica
que se niegan a recibir un sueldo, tanto por razones éticas como económicas,
porque por ejemplo en España, el costo de los salarios se lleva hasta el 85%
del presupuesto; además, un servicio remunerado no es garantía de la misma
calidad, y las normas laborales y peticiones, muchas veces terminan en huelga,
lo que es incompatible con la idiosincrasia de los Bomberos chilenos.
Por una ley
promulgada en 2012, el Estado chileno está obligado a destinar una parte de su
presupuesto nacional, para gastos e inversiones de Bomberos; por ejemplo este
año fue de 52 millones de dólares , repartidos entre los 313 cuerpos a lo
largo del país, y los % se determinan de
acuerdo a la población de cada región los actos de servicio, la cantidad de
Bomberos y el patrimonio de cada ciudad, y porque en cada compañía hay cierto
personal que sí percibe un sueldo, como son los telefonistas de líneas de
emergencia, los conductores profesionales y el personal de apoyo
administrativo.
Además del
aporte estatal, cada compañía puede añadir dineros provenientes de colectas,
rifas, donaciones, etc, y cuando ocurre una emergencia como la ocurrida este
verano, puede haber dineros extras de parte del Estado para reponer materiales
de trabajo dañados o reparación de los carros, y combustible adicional.
Fuente:elpais.com
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