EL AGUA Y NUESTRA SALUD.

Un descenso de apenas 2% de agua en nuestro cuerpo ya es una DESHIDRATACION con notorias consecuencias, como por ejemplo dificultades para ver, para recordar o para resolver sencillos cálculos matemáticos.
Beber al menos 8 vasos de agua al día es lo mínimo para el funcionamiento óptimo del cerebro, mantener el metabolismo, disminuír el riesgo de cáncer de cólon en un 50%, el de mama en un 80%, y el de vejiga en un 50%.
La molestia de orinar seguido es NADA,comparada con una enfermedad grave. El color de la orina debe ser amarillo muy pálido.
Lo ideal es tomar agua pura, no café, té o bebidas carbonatadas, y sirve para hacer desaparecer la acidez estomacal, que es un claro signo de deshidratación, y si esto no se corrige, se traduce más tarde en inflamaciones digestivas, (estómago - duodeno - esófago ) y más tarde en cánceres de hígado, páncreas, y tracto digestivo.
Al tomar suficiente agua, también hidratamos articulaciones y discos en nuestra columna y evitamos la tan dolorosa e invalidante artritis, así como los dolores de espalda.
La falta de agua provoca dolores toráxicos, asma, secreciones espesas de los bronquios, el paso dificultoso del aire hacia y desde los pulmones, y otra consecuencia de esto, es un crecimiento anormal del tórax y un daño genético irreversible.
En cuanto a la presión arterial, la falta de agua hace que se eleve, se bloqueen las arterias del corazón y también aquellas que van hacia el cerebro, y se vayan estrechando con colesterol. Esto daña corazón - arterias - cerebro - riñones, y también nos acerca al Alzheimer.
La falta de agua permanente, daña muchas estructuras y otra de las consecuencias es la diabetes, sólo reversible en sus etapas iniciales, y después, en la diabetes avanzada, nos encontramos con daños oculares, ceguera, y con daños neurológicos y pérdida de sensibilidad en las piernas y pies, cuya consecuencia son heridas que nos pueden llevar hasta la amputación.
Otras enfermedades cuyas causas -entre otras- puede ser la falta de agua, son la depresión, fatiga crónica, distrofia muscular, porque una deshidratación prolongada nos lleva a un desbalance de electrolitos, entre otras cosas, y no olvidemos que el agua es el vehículo para las transmisiones electromagnéticas...